La Iglesia es el pueblo de Dios que expresa su vida de comunión y servicio evangelizador en diversos niveles y bajo diversas formas históricas.
, La Iglesia recibió el solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad salvadora, recordando las palabras de San Pablo: “Pobre de mí si no anuncio el evangelio (I Cor. 9,16.).
La educación cristiana debe capacitar a la persona para que pueda criticar y crear nuevas formas culturales y asumir las existentes, llevando la buena nueva a los hombres y a sus culturas.
Educar es hacer una relectura cultural de las ciencias desde la fe.
Es una instancia crítica y creadora de nuevos valores culturales desde el Evangelio. Un estilo de vivir y valorar.
Ya que el hombre no puede realizarse plenamente como hombre serio a través de la cultura, le corresponde a la educación la misión de promover el encuentro del educando con la cultura, capacitarlo para su inserción vital, consciente y recreadora en la cultura. (E.P.V.N º 5 y 6).
Debemos realizar una reflexión crítica en relación con el contenido cultural que viven nuestros alumnos. El educador cristiano sabe orientar la reflexión hacia el Misterio de la creación, la presencia del pecado y el misterio de la Redención en Cristo.
La educación debe capacitar para ejercitar sobre los mensajes culturales una acción de selección, discernimiento, creatividad y elaborar así un proyecto de vida propio, interiorizado, pleno del Señor.
Para continuar su obra de salvación, Cristo ha instituido la iglesia como organismo visible vivificado por el Espíritu. (E.C. Nº 5).
El proyecto educativo en la escuela católica se define precisamente por su referencia explícita al Evangelio de Jesucristo, con el intento de arraigarlo en la conciencia y en la vida de los jóvenes, teniendo en cuenta los condicionamientos culturales de hoy (E.C Nº 16)
La escuela católica debe:
– Insertarse en los problemas del tiempo en que se desarrolla la vida del joven, insertar los valores en el contexto cultural del mundo actual.
– Estimular al alumno para que desarrolle sus capacidades humanas investigando, confrontando con la experiencia.
– Expresar una concepción de vida fundada en una escala de valores y una cosmovisión cristiana del hombre, mundo y vida, necesarias para educar coherentemente.
La escuela es comunidad educativa y lugar, espacio de evangelización. La escuela como comunidad educativa es relación entre personas: docentes, alumnos, padres y personal todo. Supone no solamente una elección de valores culturales, sino también una elección de valores de vida. Debe ayudar a los alumnos a vivir como cristianos, es decir abrirse a Dios. Es un ámbito donde la fe impregna toda la vida, en donde se ofrece un proyecto de vida cristiano descubriendo su propia identidad de persona creyente.
Para el Santo Padre Juan Pablo II, la escuela católica pretende el logro de dos objetivos:
– Conducir al hombre a su perfección humana y cristiana.
– Lograr su maduración en la fe.
Son dos facetas de una única realidad.
Corresponde tener en cuenta a los padres de familia como primeros y principales educadores de sus hijos. (G.S. Nº 3).
La familia es la primera escuela de las virtudes sociales que todas las sociedades necesitan. Serían estériles los esfuerzos educativos si la familia se desentiende de este deber prioritario.
El objetivo de la escuela católica debe ser el de humanizar y personalizar al hombre, orientándolo hacia su último fin.
La escuela católica encuentra su verdadera justificación en la misión misma de la Iglesia, se basa en un proyecto en el que se funden armónicamente fe, cultura y vida..